rascapiñas in the nigth

Culebra de Escalera... esta es mi primera experiencia con una serpiente...
Culebra de Escalera: Hocico algo puntiagudo. Pupila redondeada. Adultos pardos, amarillentos, rojizos o grisáceos, con dos bandas longitudinales oscuras sobre el dorso como único dibujo; en ocasiones se pueden localizar algunos ejemplares completamente lisos. Jóvenes con diseño muy típico en escalera pero que al crecer pierden los "peldaños". Carece de veneno y por lo tanto de aparato inoculador del mismo (ofidio aglifo). Hasta unos 150 cm. de longitud (media cuando adultos de alrededor de un metro). Sobre todo diurna y terrestre, aunque a veces trepa a los árboles y muros en busca de nidos de aves. Es fuerte, rápida y ágil. Se alimenta de pequeños vertebrados (roedores mayoritariamente). Cuando es joven captura también invertebrados. Mata a sus presas por extrangulamiento. Es beneficiosa para el hombre (por la gran cantidad de roedores que destruye) e inofensiva, aunque cuando se siente amenazada silba y trata de morder a su posible agresor. Está considerada una especie protegida.



Bueno, pues ahora que ya sabeis lo que es una culebra de escalera, os voy a contar la experiencia.
Estaba yo de ruta campestre por el páramo de Castilla, tras visitar un merendero, un vértice geodésico, la Fuente Mínguez... llegamos a un camino que nos lleva a una Ermita (que, por cierto, para nada era una ermita de esas preciosas que hay perdidas en mitad de la montaña, aunque hay que tener en cuenta que no estábamos en la montaña). Por el camino vimos que la verja que hace de puerta principal estaba cerrada, pero de todos modos, nos acercamos para curiosear. Caminamos por delante de la fachada principal y, al llegar a la puerta, Bobi iba un poco por delante de mí. Según llegó justo al centro de la puerta, Bobi pegó un brinco de aupa, de un salto, casi llegó a la pequeña vaya que hace de separación entre la ermita y el camino. Cuando yo me acerqué a la puerta, Bobi gritaba "cuidado!, mira!". Miré al suelo y la ví. Me quedé sorprendida, nunca había tenido una culebra tan cerca. Ella silbaba, y cuanto más me acercaba yo, ella más se encogía, supongo que la pobre estaba asustada.
Seguimos el paseo para que Bobi se tranquilizase, pero volvimos al lugar del crimen. La culebra ya no estaba. :(

Jaja, me reí mucho de Bobi, tan grande y fuerte que parece y todo asustado, brincando... jajaja! Qué tierno!!