jueves, junio 15, 2006

Os voy a relatar mi última experiencia con las cucarachas...
Como vivo en un bajo con patio, el calor hace que los bichitos salgan por la pequeña alcantarilla situada al fondo de dicho patio. Mis padres llevan una buena temporada llenandolo todo de polvitos amarillos de esos que las matan, pero en realidad no hacen nada.
La madrugada de ayer, despues de coger el sueño viendo la tele, decidí que ya era buena hora para irme a la cama. Fui a la cocina, vacié el cenicero. Apagué la luz y, a oscuras, tome dirección a mi cuarto por la puerta que da al pasillo. En cuanto emprendí el viaje por el corcho viejo del suelo, noté algo blandito bajo mi calcetín (suelo andar descalza por la casa), seguí andando, pensando que algo se habría caido por allí, así que continué andando. Aquella cosa estaba pegada a mi calcetín. Dí la luz para ver qué era. No veía nada. Sacudí mi pie y nada. Seguí sacudiéndolo hasta que se soltó un especimen de color marrón oscuro, que se quedó tirado en el suelo, panza arriba, moviendo las patitas... Una visión desoladora. Mi corazón palpitaba... ¿qué hago?, esa era la pregunta.
Tras unos segundos de duda, me encaminé a la cocina en busca del recogedor y la escoba. No podía matarla, pero tampoco iba a tirarla al cubo de la basura viva.
Me armé de valor, puse la paleta sobre su cuerpecito y la pisé con fuerza. Cuando levante la pala, seguía moviéndose, con la tripa fuera. Que horror, pobrecilla. Volví a repetir la operación. Esta vez había palmado.
La recogí, y ahora ya pude tirarla al cubo.
Pude proseguir mi camino hacia la cama. Me costó un poco dormir.
Lo siento... No soy una asesina, solo la maté en defensa propia, ante los nervios de verla pegada a mi pie.

1 comentario:

ruty dijo...

Que asco, xD. Seguro que si mepasa a mi pego un grito del susto, :P